Hablaré de eso brevemente aquí. Solo tengo unos cuatro años de experiencia en un entorno corporativo tradicional, así que no me consideraría un experto en navegar dinámicas políticas dentro de una estructura jerárquica (aún me queda mucho por aprender).

La mayor parte de mi carrera, hasta hoy, ha sido en consultoría. Así que, cuando me llamaban para “entrar en la sala”, normalmente era porque yo era la persona externa a la que acudían para arreglar el desaguisado. Eso significaba que ya tenía cierto peso detrás de mí, y las dinámicas eran bastante distintas a las de formar parte de la cadena de mando interna.

La mayoría de las veces, quien me traía era el CEO, un miembro del consejo o un vicepresidente. Yo reportaba directamente a ellos, lo que implicaba que contaba con su respaldo y con su peso. Ser externo al equipo también te da un cierto comodín cultural. Sabes que solo vas a estar allí un tiempo limitado, así que estás más dispuesto a quemar los puentes que haya que quemar y a cortar el ruido para sacar las cosas adelante.

Para responder a la pregunta del lector sobre cómo “me enfrenté a figuras de autoridad”, la verdad es bastante simple: los traté como a cualquier otra persona. Escuché, seguí preguntando “por qué” hasta que se rindieron o se abrieron, y una vez llegábamos a la raíz de sus preocupaciones, trabajábamos juntos para crear un plan para abordarlas. Es un poco como terapia, pero no lo es.

¿Cómo replicar esto en un entorno corporativo, especialmente a distancia? Esa es la pregunta del millón. Lleva tiempo, paciencia y mucho esfuerzo intencionado. Sin interacción cara a cara, construir confianza es aún más complicado. Hay que ir más allá de simplemente decir lo correcto. Se trata de hacer el trabajo, estar presente, mantenerte sutilmente visible y ser constante, a menudo sin recibir ningún tipo de feedback inmediato.

Como dije al principio, no me considero un experto en este entorno concreto, pero diría que los principios fundamentales siguen siendo los mismos. Dicho esto, hacerlo en remoto exige el doble de paciencia, el doble de energía y muchísima más constancia. Y sí, de vez en cuando aparece esa sensación familiar en el estómago: “¿Soy la única persona a la que realmente le importa esto?”

In his last post, Armin writes:

As far as the core model is concerned, there’s no magical distinction between “user text” and “assistant text”—everything is just tokens. The only difference comes from special tokens and formatting that encode roles (system, user, assistant, tool), injected into the stream via the prompt template. You can look at the system prompt templates on Ollama for the different models to get an idea.

This is an accurate description of what I think a model is.